Viernes
9 Enero: Vilna:
Hoy fiesta en ca Vaida
Cuando llevábamos, como quien dice, un
rato durmiendo, nos cortaron la leche los drugos del apartamento B (Bernon,
Capo,
Ra y
Chema) que se marchaban en tren* a Varsovia, ya
que el sábado salía su avión con destino Madrid.
*
Tren de los cuatro
sacos:
Vilna (11.40) – Sestokai (15.00) / Sestokai (15.08) – Varsovia (20.30).
Precio: 70 Lt = 17 €.
Según cuenta la leyenda fueron hasta
allí en taxi (20 Lt.), y en el Mc Donalds que hay cerca de la estación
se metieron unos buenos bucales para desayunar sano. Nosotros por
nuestra parte dormimos placidamente hasta las dos de la tarde.
Con el infarto típico del que se le va
la mano durmiendo, nos marchamos a la calle a ver si podíamos hacer algo
con nuestros cuerpos de cartón y nuestros cerebros licuados. Lo primero
que hicimos fue irnos al Mc Donalds de Gedimino, allí cada
uno sació su apetito y enseguida volvimos a salir a las frías calles de
Vilna, para viajar en plan visitar.
Vilna
es con sus más de 550.000 habitantes, la capital y ciudad más
poblada de Lituania. Aunque no esta considerada la más bella de las tres
capitales bálticas, se puede decir que aún así encierra un gran encanto.
Es importante destacar que en 1994 su
casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por
la UNESCO, y que en el año 2009 esta cumpliendo el rol de
Capital Europea de la Cultura, junto con la ciudad de Linz
(Austria).
Nosotros particularmente nos dedicamos
más en cuerpo y alma a su vida nocturna, pero bueno, también hubo
ramalazos culturales como la visita que esa misma tarde hicimos a la
Plaza de la Catedral (Katedros aikštė), donde se
encuentra la Catedral de Vilna (Arkikatedros bazílica). La
construcción original de la catedral data del año 1251 y fue llevada a
cabo por el Rey Mindaugas, el fundador de Lituania, tras convertirse al
cristianismo; el templo que vemos ahora, data de una reconstrucción de
finales del s. XVIII, y es de estilo neoclásico. El interior tiene
algunos frescos de época medieval cuando se cristianizo Lituania, así
como la imponente Capilla de San Casimiro, el patrón del país.
Panoramica de Vilna by
night.
Desde la Plaza continuamos caminando
dirección al
río Neris, pasando por la puerta del Museo Nacional de
Lituania (Lietuvos
Nationalinis Muzieus), donde hicimos una parada para mancillar
la estatua del Rey Mindaugas, que se haya justo enfrente, la cual
Sul y
yo tratamos de escalar, pero nos resultaba imposible por lo
resbaladiza que se había hecho la superficie de mármol al cubrirse de un
manto de nieve. Finalmente, y bien caladito, conseguí llegar a la base
de la estatua y ser fotografiado.
Continuamos andando a orillas del
Nevis, que estaba medio helado, y buscamos la entrada para subir a
la Colina de las Tres cruces, donde se halla la
Torre de Gedimino (
Entrada: 5 Lt.). Desde esta torre, y después
de subir sus tres plantas, se llega a una azotea con unas impresionantes
vistas de la ciudad. Además, como había anochecido, las luces de la
urbe, la nieve, y el cielo rosado componían una estampa impresionante de Vilna.
Salimos de la torre, contentos con lo
que habíamos visto y bajamos en el teleférico, el cual era de
pago, pero una amable familia nos dejó sus tickets y pudimos bajar
gratis. Y allí estaba el museo, el cual estaba cerrando en ese momento,
por lo que nos quedamos as puertas de una nueva inyección de cultura.
Con la sensación de que no habíamos
perdido la tarde del todo, volvimos a nuestro apartamento a coger
calorías, y a descansar un poco, puesto que esa misma noche teníamos
fiesta en casa de Vaida, la couchsurfer de Kaunas nos había
invitado a probar los cocktels de la casa. De camino compramos algo de
cerveza, agua y comida.
Después de acicalarnos lo justo para
estar presentables, y pasadas las nueve, nos dirigimos a su casa en
Strazdelio 4-14, una callecita detrás del Ayuntamiento, y por tanto
no demasiado lejos de nuestro apartamento. De camino paramos en el
Rimi a proveernos de abundante zumo para la mezcla, ya que el
calimocho que las habíamos prometido llevar finalmente no pudo ser
preparado por falta de medios, y sobretodo ganas.
Al poco rato llegamos a casa de
Vaida, que vivía en un ático con el techo abuhardillado, allí nos
esperaban las compañeras de piso. Lina, la cual conocíamos de la
noche anterior, y Agnes, un nuevo fichaje, pero que también
estaba dispuesta a bebérselo todo. Después de las oportunas
presentaciones nos ofrecieron el primer chupito de tequila, acompañado
de sal, limón y café para suavizar el sabor.
Este chupito fue el primero de una
serie de tiros de gracia que nos pillaron totalmente descubiertos, sin
apenas a ver cenado nada, y con más de una semana seguida de salidas
nocturnas, un dolor!!! Pero bueno sirvió para que poco a poco se fuera
animando el cotarro. Primero fueron las sesiones de Internet de los
Alba BROS, y después empezó el carrusel de disfraces. Fue
precisamente un servidor el que rompió el hielo enfundándome el disfraz
de Papá Noel en fase terminal.
La pre-party, como la llamaban las
lituanas, no había hecho más que empezar, porque según caían los vodkas
y los tequilas empezaron a salir pelucas a la palestra, y no me estoy
refiriendo a mi peluca, que tanto había dado que hablar en el viaje,
sino a pelucas sintéticas, pero soñadas por
Pichi Sul, que llevaba todo el viaje tratando de conseguir un
frospo como el mío, y justamente dio con uno a su medida: la peluca
rubia de cabello de angello de
David Bisbal. Mi hermano pos su parte encontró la de transexual
y se hizo varios posados tratando de dar morbo a la cámara.
Chucho, comete la cámara, jejej!
Hubo bailes agotadores en la pista,
sobretodo por parte de
Sulen y Agnes, que iba a ir a clases de salsa y estaba un
poco flipadilla con el tema, a mi el cansancio me comió y me tiré en el
sofá a echarme una siestecita. Mientras todo esto pasaba hicieron su
aparición dos personajes de TBO, Gerard, un catalufo
independentista que estaba viviendo en Bielorrusia; y un
goblin lituano cuyo nombre no recuerdo, los cuales venían en tren
desde Minsk. Ambos se quedaron sorprendidos al vernos allí (“pero
si hay hombres…”), pero que le íbamos a hacer, nos habían invitado.
Poco duraron estos chavales en el
pisito, puesto que fue entrar ellos y que todos nos empezásemos a
movilizar para disfrutar por enésima vez de la
nightlife de Vilna, y digo lo de disfrutar con ciertas dudas,
porque llevábamos más cornadas que
Paquirrí en su última corrida, pero bueno había que hacer un
penúltimo esfuerzo.
La ruta de los bares comenzó en el
Chaplin (Labdarių 7),
donde al parecer había una reunión de couchsurfers (CS Meeting), pero se
nos vetó la entrada alegando que las SS (Sul
y
Sulen) iban tomados, hasta ahí todo bien. Pero lo curioso fue
que en el siguiente bar, el
Paparazzi (Totorių 3), el tomado, según los porteros, fuese yo,
jeje. Los puertas elegían aleatoriamente a los trompas. Sobre el primer
bar he de decir que nos encontramos con las amigas de Simona, la
cual no estaba con ellas, al parecer aquejada de un severo esguince de
hígado.
El tercer bar de la rutilla tóxica
finalmente cuajó y pudimos entrar, se trataba del
Transilvana (Totorių 22), una especia de bar-cervecería de
moteros, en plan mesón, en el que nos tomamos unas jarritas de cerveza,
allí conocimos a Sandra, una amiga de Vaida, que
rápidamente pasó a ser conocida como Sandra la del Telepi, y es
que la mujer portaba un bolso-cabás muy parecido a los que usan los
moteros del Telepizza, y que no se quitaba ni para ir a mear. Lo que
mejor recuerdo de este bar es cuando le dije a Gerard, en un
momento de empalme, que Xavi el del Barça era “el puto amo”, con
estas palabras, el tío se emocionó tanto que casi suelta lágrima, y es
que era independentista catalufo de pura cepa.
Finalmente, y como la noche anterior
nos había ido bien, acabamos en el
Prospekto PUB, y la noche fue más o menos un calco de la
anterior, pero esta vez estábamos rodeados de varias amigas y de
Gerard, nuestro amigo catalufo. Por segunda noche consecutiva no
fuimos capaces de cerrar el bar, estábamos derrotados, y volvimos a la
cama como esos guerreros que regresan a su hogar después de una dura
batalla. Tercera noche en Vilna, y todavía nos quedaba otra,
bueno a Sulen dos. Para que luego digan que viajamos rápido y sin
conocer.
Sobre los otros chavales, los que se
habían ido a Polonia, no tuvimos noticias hasta la vuelta en
Madrid, al parecer el viaje en tren se les dio bastante bien, se jugaron
una pochita de cuatro y se disfrazaron de sotas, unas sotas muy bien
caracterizadas. Rá (sota de bastos), Chema (sota de
copas), Bernon (sota de oros), y Capo (sota de espadas,
para mí la mejor de todas). He de decir que la tradición de las sotas se
instauró en el viaje a
Suecia 2005, y se debe a la malla que llevamos debajo de los
pantalones para protegernos del frío, una malla muy parecida a la usada
por las sotas de la baraja española. De ahí que el término ensotarse
signifique colocarse la malla.
Esta es la hisotia que ya en
madrid, nos contaron:
"Bajamos
a la calle y cogimos un taxi para los cuatro. El tío, que era un poco
listillo, nos cobro un redondeo hasta las 20 litas por el tema de los
macutos, unos 5,5 €. Como hace años, fuimos al maca que esta pegado a la
estación a comer algo antes de coger nuestro tren, claro esta que como
salíamos del país, había que fundir todo lo que teníamos. En total, cogimos
unas 8 hamburguesas simples, como éramos 4 nos venia al pelo.
Nuestro
tren Salio a las 11:40 con dirección Varsovia vía
Sestokai (precio 70
litas, unos 17 €. Teníamos otra alternativa, ir en bus. En este tipo de
trayecto hay bastante lío, ya que casi todas las rutas entre Varsovia y
Vilna son vi Minsk, una locura. También esta la opción del
bus, sale uno
diario, no esta mal de
precio 50 litas, pero son 25 horazas!!!!
Nada mas
meternos en el tren, lo típico, una pocha para amenizar el viaje. A las 3
horas, nos bajamos en Sestokai, ahí es donde debes de cambiar de vía para ir
a Varsovia.
Cuando
nos montamos en el tren, se volvieron a proponer las ya conocidas como fotos
de sotas. Por cierto, como esta vez éramos 4, cuadraba perfectamente. Se
pueden ver otros ejemplos de
fotosotas en al
crónica de suecia.
La ya clásica foto de
las sotas, de izquierda a derecha (Chema, sota de Copas, Ra, de Bastos,
Bernon, de Oros y Capello la sota de Espadas)
Después
de todos estos divertí juegos, nos fuimos a dormir un rato, bueno, algo mas
que un rato, nos despertamos cerca de Varsovia ya.
Rato
antes de llegar, se había lanzado un sms destino Ela, la chica
couchsurfing que nos adopto el
primer día de viaje en Varsovia. Nos contesto con la negativa de que tenia
un cumpleaños familiar en su casa y que toda su familia ya había vuelto al
hogar. Que si se lo hubiéramos dicho antes, nos hubiera buscado otra opción
o algún hostel. Mas tarde, Ela, nos mando un sms con un hostel que parecía,
según decía, estar muy bien.
Nada mas
llegar a la estación de Varsovia, nos fuimos andando para buscar el hostel
que nos recomendó Ela, el
Hostel Oki Doky,
para verlo en formato HTML y correctamente pincha
aquí.
Nos
costo un poco encontrar la calle donde se encontraba (Plac Dąbrowskiego 3),
pero bueno, en verdad esta muy muy cerca de la parada de metro Centrum. Nada
mas llegar encontramos muy buen rollo, mucho mochilero, mucha gente joven en una especie de
ciber-cervecería que tienen ahí montada llega de colorines y muy bien
decorado. Nos comentaron que el
precio eran unos 50 Zlotys mas o menos 10 €
por noche, pero que muy a su pesar, estaba todo ocupado. Debíamos buscarnos
otro.
Según
habíamos venido a este hostel, habíamos pasado por la puerta de algún otro como el
Lemon, pero como nos habían puesto este tan bien, la verdad es que era la
leche, no nos habíamos parado en ningún otro. Era hora de probar en los
demás, el siguiente fue el
Hostel LEMON.
Este estaba pegado, en la calle Grabowskiego 6. el precio era mas o menos el
mismo, unos 10 € por noche. El sitio esta muy limpio, es cómodo y dispones
de muchos baños y duchas, vamos que lo recomendamos.
Fuimos a
comprar vodka y alguna que otra botella de Fanta al puesto mas austero que
te puedas imaginar. Como no conseguimos vodka, compramos la famosa hidromiel
con guindilla, vamos, deciros que en la etiqueta salia un indio del oeste
con cara de mala hostia!!!. Joder, que coño era eso, después de la ducha nos
echamos uno cuantos chupitos de eso con Fanta y madre mia, que puta
locura!!! Era un especie de yo que se con sabor picante (tenia una guindilla
en el interior), que nos hizo una
pupa de 3 pares de huevos en el estomago y en la masa cerebral!!!
Teníamos
ganas de fiesta!!! dejamos todo en la habitación junto a un corteza que
había y nos fuimos. Digo corteza, porque era la persona mas extraña que
jamás se ha visto.
Era la
hora de la cena, estábamos un poco atorados y nos dejamos caer en una
especie de cadena tipo Foster Hollywood. Tardaron mas de
la cuenta en traernos las cosas, la verdad es que ahí atravesamos un gran
trauma y no supimos tener decisión en muchas partes de la cena. La hidromiel
nos había dejado tocadísimos algún nódulo o conexión cerebral. El menú, unos
ricos y frescos (Pinocho) filetes de pollo con cebolla y queso, espaguetis carbonara,
pero eso si nos rodearon de
salsas para matar el mal sabor de todo!!!!
Después
fuimos a un garito en el que habíamos quedado con Ela, estaba lejos, por lo
que pillamos unos cuantos taxis!!!
El lugar
donde nos dejaron los taxis era algo parecido al Bronx pero de Polonia, que
no se que es peor. Habíamos quedado con Ela en el garito
Harlem, un sitio de
música Raper!!!! Ese lugar estaba claro que no era de nuestro estilo, pero
bueno, habíamos quedado ahí con Ela. Nos pedimos unos vodkas, pero nada, ahí
no aparecía nadie. Después de meternos la consumación decidimos cambiar de
lugar, ya que este no era nuestro ambiente, asi que nos fuimos sin ver a Ela
con la musica a otra parte.
Tomamos
un taxi hasta uno, según nos habían dicho, de los mejores garitos de
Varsovia, hablamos del
UNDEGROUND.
El garito tenia muy buena pinta. El precio de la entrada eran 10
Zlotys. Una vez dentro, estábamos como pez en el agua. Musicon,
chicas y chicos dándolo todo, y nosotros con ganas de despedirnos del viaje
como se merecía. Las rondas de 4 vodkas que nos metíamos cada 20 minutos
eran muy baratas, creo recordar que alrededor
del los 50 Zlotys, unos 12 €
unos 3 pavos por copa.
Empezaron los amases de los chavales y un nuevo integrante se vio absorbido
por nuestras jilipolleces. El era Romario Junior, joder que person!!!! Un
Indio que hacia el baile de la cobra a todas las tías que pasaban, era un
crack!!! Nos acompaño hasta altas horas de la noche. Recuerdo que nos
tuvieron que echar con un palo, no nos queríamos mover de ahí. Después de
esto, para el hostel Lemon y a la cama.
A la
mañana siguiente, salió el tema que había perseguido a Bernon durante la
noche anterior. Capello quería irse muy muy pronto ya que tenían que
coger un tren, un bus y un avión. Bernon, por lo contrario, decía que el
margen que daba Capello era mas que suficiente. Capello amenazo con irse
solo y Bernon, ante esto, reacciono y levanto de la cama como una
exhalación.
Con
nuestros dos compis fuera de juego, Ra y yo aprovechamos que nos despertaron
para ir a dar una vuelta por la ciudad. El primer paso fue la oficina de
Correos, Ra había comprado unas
Matrioskas en forma de
detallito para una amiga de Goteborg.
Nuestro
pase turístico fue bastante básico debido a las escasas dos horas que
teníamos. Fuimos andando desde la oficina de correos hasta la plaza central
de Varsovia.
En el
camino, nos cruzamos con el parque
Ogrod Saski,
en la entrada principal del parque se encuentra el
Grob
Nieznanego Zolnierza. Esto existe en numerosos países, significa Tumba
al soldado desconocido es el nombre que reciben los monumentos erigidos por
las naciones para honrar a los soldados que murieron en tiempo de guerra sin
haber podido ser identificados. Este monumento, esta rigurosamente vigilado
por dos guardias tipo a los guardias reales ingleses. Estos, cada 15
minutos, hacen una especie de recorrido alrededor de monumento. Ya sabes,
hablamos del típico soldado que no se puede mover y que le puedes hacer
cualquier tipo de margine, claro esta, menos pisarle su espacio. Una turista
que estaba cerca nuestro, piso y se adentro en la tumba, el soldado, con dos
voces y cuatro pasos milimétricamente calculados, hizo el amago de
enchufarle un balazo, la mujer, acojonada, corrió de nuevo a brazos de su
marido. Joder, que deshueve.
Entramos
un poco en el parque, estaba muy bonito todo nevado. Dimos un pirulo por el
lago que tiene dentro y salimos de nuevo dirección al centro histórico.
Llegamos al casco antiguo,
(Stare Miasto, "Starówka"). El centro histórico de Varsovia es el barrio más
antiguo de la ciudad. Está limitado por Wybrzeże Gdańskie, a lo largo del
Vístula,
y por las calles Grodzka, Mostowa y Podwale. Es uno de los atractivos
turísticos más importantes de Varsovia. Ahí se encuentra también el Palacio
Real y la Plaza del Mercado (Rynek Starego Miasta). Nos dimos un pirulillo
por ahí, recordando el viaje que hicimos a Varsovia hace tiempo y listo.
Vuelta andando a nuestro hostel a por nuestros macutos. Era ya la hora de
comer, como destino se eligió el típico Mcdonalls!!! Ra, no sabemos muy bien
que le paso, pero no se pudo comer la hamburguesa, una especie de temblores
fríos se adueñaron de el. Al rato, se le paso.
Una vez bien comidos, nos
fuimos andando a la parada que hay en la esquina de la plaza central,
“Centrum”. Ahí salia nuestro autobús. Son dos los
autobuses que llevan al
centro, el 175
y el 188.
Nosotros cogimos el 175, cuyo recorrido es el siguiente:
http://www.ztm.waw.pl/baza/20090208/175/TP-PIL.HTM si quieres ver la
frecuencia y demas datos de las paradas puedes hacerlo aquí: (supuesto para
la parada de Centrum:
http://www.ztm.waw.pl/baza/20090214/175/701305.HTM)
Si quieres ver los mapas del
transporte público y demás, puedes hacerlo aquí:
www.ztm.waw.pl/schematy.php
Pagina de transportes de
Varsovia: http://www.ztm.waw.pl
Una vez en la terminal,
esperamos nuestro mini-avión, y digo esto, porque era el avión mas pequeño
que hemos visto nunca, y mira que hemos cogido de todos lo modelos,
compañías y países. El mini-avión, tenia una fila de una butaca y otra al
lado de dos butacas. La altura era ridícula, yo, con mi 1.86 no cabía de
pie. Bueno, nos dormimos y listos. Ya en Munich, nos encontramos con los dos
sacos de Bernon y Capello. Ahí pudimos ver como hacían un registro
con perro en mano a los pasajeros procedentes de Colombia. Nada, no hubo
suerte y no vimos como el perrito pillaba a ninguno. Cogimos nuestro avión y
sin mas percances, aterrizamos en Madrid."
Por Chema.
Fin de lo que nos narran los
chabus
Sabado
10 Enero: Vilna:
Últimos coletazos en Vilna
A la mañana siguiente el despertar fue
más duro si cabe que en la jornada anterior. Nos levantamos a la hora de
comer, bueno, ¡que coño!, si en este viaje lo de comer ni se llevaba.
Nos acicalamos un poco, y salimos a apatrullar la ciudad.
La primera parada fue en el
Cili
Pica, un restaurante que frecuentábamos por cuarta vez, un hecho que
muestra nuestra escasa capacidad de decisión, o nuestra embolia
cerebral. Allí, para variar de tanta pizza (la comida oficial del
viaje), nos pedimos unos espaguetis, unas lasañas y una ensalada. Costó
comérselo el desagüe estaba cerrado por tantos excesos y la comida no
entraba. Recuerdo que pagó Sul la dolorosa, y nos despedimos de
nuestro restaurante.
Con poco que hacer, y cansados ya de
Vilna, nuestro reto para esa tarde era ir paseando hasta la estación
de trenes para que yo comprara mi billete a Varsovia, ya que me
marchaba a la mañana siguiente. Como íbamos un poco a la deriva nos
equivocamos de dirección y nos metimos por la calle Vilniaus, donde se
localiza la curiosa Iglesia de
Santa Katerina, digo lo de curiosa por el color rosa de su
fachada. Después de preguntar a varios peatones conseguimos enderezar
nuestra ruta, y en poco tiempo llegamos a la estación después de hacer
equilibrios por las heladas aceras, que eran auténticos hostiódromos.
Ya en la estación hice la oportuna
compra del billete*, que era exactamente el mismo que habían
comprado el resto de diamantinos dos días antes. Después salimos a los
andenes a hacernos fotos con la impresionante puesta de sol, que había
coloreado toda la ciudad de tonos rosados. Allí estaban nuestros
queridos trenes, con el fondo rosa y la luna completamente llena.
AUUUUUU!!!
*
Vilna (11.40) –
Sestokai (15.00) / Sestokai (15.08) – Varsovia (20.30). Precio: 77,95 Lt = 22,50 €
Cuando ya nos marchábamos, vimos al
fondo, en el cielo, un montón de estelas de aviones que se entrecruzaban
unas con otras. La imagen era espectacular, y allí estuvimos un rato
observando y discutiendo sobre por qué se producían esas estelas de
humo. Ni siquiera
Chucho, el aeronáutico del grupo, fue capaz de dar respuesta al
enigma. Aquí os dejo la
respuesta que he encontrado en Internet al respecto, a ver si la
entendéis, que yo tengo un mega cu-cu que no me entero de nada.
Con la misión cumplida cogimos
un taxi
(20 Lt.) y volvimos al apartamento a hacer el perro un rato, estábamos
para poca leche, aún así sacamos fuerzas para quedar de nuevo con
Vaida & cia. Quedamos con las couchsurfers en la puerta del
Ayuntamiento a las nueve. El Ayuntamiento de Vilna esta situado
en una plaza, que en navidades es uno de los lugares más animados de la
ciudad, ya que colocan una pista de patinaje sobre hielo, y un gran
árbol de navidad, y se puede sentir el auténtico espíritu navideño.
Puntuales, como pocas veces se
recuerda, nos plantamos en la puerta del Ayuntamiento. Las chicas se
hicieron esperar un buen rato, pero cuando nos estábamos empezando a
endurecer hicieron acto de presencia. Nos extrañó ver a una de ellas con
un portátil de la mano, parecía que hoy no tocaba salida nocturna. Nos
dijeron que las siguiésemos, y eso hicimos, como borregos secuestrados
las seguimos hasta que llegamos a un restaurante - pizzeria, donde
cenamos, descargamos fotos, y nos pimplamos dos botellas de vino,
todavía quedaba capacidad para ingerir alcohol. Por último jugamos al
juego de adivinar palabras, aluchinos vs. lituanas, me tocó representar
a Michael Jackson, pero con mis rizos fue fácil interpretar al
cantante americano.
Salimos del restaurante, y con más pena
que gloria empezamos una nueva ruta por los bares. Al primer lugar que
fuimos fue al
Dubliner (Dominikonų 6), un pub irlandés ideal para pasar un
domingo, pero no para ir dando cabezazos del sueño, como íbamos
nosotros, porque de tranquilo se pasaba, y te podías quedar dormido al
mínimo descuido. Aún así nos tomamos un cacharro para ver si
resucitábamos.
Poco más dio de si este pub, el cual
abandonamos para ir al
Bix Baras (Etmonų 6), un garito de dos plantas que convenció por
completo a la expedición. Nosotros estuvimos en la planta de abajo, que
era una cueva oscura llena de modernos, en la que estuvimos bebiendo
vodka como si fuesen Biofrutas de Pascual, todavía dudo de si
llevaban alcohol. Por entonces Lina ya nos había abandonado, y
Agnes siguió los pasos después de llevar un rato en el lugar,
dejándonos por herencia un amigo suyo, del que sólo recuerdo que era
sueco, pero que no le gustaba su país, que prefería Lituania. Si
le llega a coger el
Rá, le pone mirando a
Götebori.
En el Bix Baras, poco antes de
que cerrase conocimos a dos buenos personajos, Rüta y Marius,
que se unieron a nosotros en nuestra búsqueda del siguiente garito. He
de decir que por entonces Vaida ya se había marchado con el
rubito del grupo, el
Pichi Sul, que como buen caballero y pagafantas español la
acompañó hasta la puerta de su casa.
La discoteca a la que los de Alba
fuimos conducidos por la extraña pareja (ya que entre ellos no se
conocían), estaba cerrando en ese momento. Y al parecer era el último
cartucho de la noche, ya que se nos había hecho bien tarde. Sin más
opciones decidimos volver al apartamento, con la sorpresa de que Rüta
y Marius se nos acoplaron, ya que querían un último vodka. Este
último vodka, fueron varios, y finalmente amaneció, quedaba poco para
irme en tren y decidí no dormirme para evitar disgustos. La doble SS
dormía a pierna suelta.
Domingo 11 Enero: Vilna:
Emprendemos la vuelta, la
condena de Chucho en Vilna dura un día más
Sin haber pegado ojo, haciendo una
tradicional empalmada aluchina, me marche a la estación. Rüta y
Marius, me acompañaron andando hasta allí. A las 11.40
cogí puntualmente mi tren a Sestokai, ciudad fronteriza donde se
hace el cambio para coger el tren a Varsovia. Este primer trayecto fui
totalmente esnucado.
A las 15.08 partió el tren
camino de Varsovia, y a las 20.30 hora local* llegué a la
capital polaca, el camino lo aproveche para casi terminarme el libro de
Kapucinski que me había llevado al viaje, y para poco más.
Durante el viaje contacte con Ela, la couchsurfer que nos alojó
el primer día, pero me dijo que no podía darme hospedaje porque tenia la
casa llena, que podía llamar a una amiga suya del
Couchsurfing, Marta.
*
en Polonia es una
hora menos que en Lituania.
Llame a Marta y no puso ningún
problema, me fue a recoger a la estación y me llevó hasta su piso en el
distrito de Sud Prague, mucho más céntrico que donde vivía Ela.
Marta se portó de lujo, me dio una suculenta cena, y me ofreció
un buen camastro, ya que llegaba roto y sólo quería dormir, además ella
tenía que madrugar ya que tenía clases pronto en la universidad, era
estudiante de traducción alemán – polaco.
Lo que paso con los otros dos miembros
que aún quedaban danzando por Lituania fue lo siguiente:
Sul se levantó poco
después de que yo me marchase, y con su castañazo fue al
Aeropuerto de Vilna (Oro Uostas)* a coger su vuelo* de
regreso a Aachen (Alemania), ciudad en la que reside y trabaja en
la actualidad. Su peregrinación acabó bien, aunque me imagino que el
sufrimiento que padeció esta criatura al día siguiente en su curro fue
máximo.
*
Horarios de trenes al aeropuerto
(se ha de escribir como destino Oro Uostas)
* vuelo de Sul:
Air Baltic. Vilna (16.20) – Riga (17.15) --- Riga (18.15) – Bruselas
(19.40)
Sulen por su parte
estuvo una noche más (y era la quinta) en Vilna, a continuación el mismo
relata brevemente lo que le sucedió ese día:
“Estuvimos toda la mañana paseando por la ciudad. Visitamos
Užupis, parte de la ciudad al otro lado del Río Vilna (el pequeño afluente del Neris que da nombre a la ciudad), un barrio hippy que se ha declarado república independiente (tipo
Christiania), poseyendo hasta su propia constitución. Está lleno de restaurantes y galerías de arte. Una zona muy tranquila. Luego visitamos la
Iglesia gótica de Santa Ana, la más bonita de la ciudad (copia de Notre Dame en ladrillo rojo).
Después comimos en un restaurante solo de sopas, que estaban de lujo. Ni
que decir tiene que Vaida se pidió una sopa de... cebolla. El
garito se llamaba
Irmanto Sriubos (Jakšto
7, telf. +370 616 262), y la historia mola, porque lo montó un
tío que ganó un concurso de emprendedores en la tele. Daban un premio a
quien propusiese la mejor idea y este propuso... un restaurante de
sopas. Buenaaaaaaaaa!
Por
último visitamos la parte nueva de la ciudad y estuvimos en un centro
comercial. Vuelta a casa y sobredosis de
Internet antes de dormir.
Me
trataron de lujo, me hicieron la cena, té a cascoporro,... en definitiva
que se portaron como unas auténticas señoras.”
Como
podemos observar,
Sulen vio más en una tarde que el resto en cuatro días.
Lunes 12 Enero: Varsovia – Madrid (Kalipo), Vilna – Madrid (Sulen)
Aproveché para dormir más horas de lo
habitual, y cuando me levanté Marta ya se había marchado a clase.
Era lunes y con toda la expedición ya de vuelta, los de Alba
éramos los únicos que continuábamos dando guerra por el viejo
continente. Mi hermano, que había dormido en casa de Vaida, ya que
tuvimos que dejar el apartamento la mañana del domingo, se levantó
pronto para coger su vuelo*.
*
vuelo de
Sule: Flylal (Lithuanian
Airlines). Vilna (7.45) – Madrid (11.00) – el taxi al Aeropuerto de
Vilna (Oro Uostas) fueron 15 Lt.
El precio del vuelo: 110 €.
Desayuné unas galletas, y me marché,
dejando la llave del pisito de la couchsurfer en su buzón. Siguiendo sus
indicaciones cogí un autobús que había próximo a su casa y que te
llevaba hasta el
Aeropuerto Frederic Chopin de Varsovia, para ello utilice el
ticket válido para transportes durante 24 horas que Marta me había
proporcionado el día anterior.
Cogí mi vuelo*, y con el bajón
post-viaje regrese a Madrid, no sin antes sufrir una dolorosa
escala en Düsseldorf (Alemania). En Barajas, como es
habitual, no había nadie para recibirme, jeje, así que tomé el Metro
de Madrid, y una vez más me hice el infernal trayecto hasta
Aluche. Volvía contento con la misión cumplida, después de unos
días de vivir al máximo (como diría nuestro querido
Rá forzando la voz como el
Fary), y con la ilusión de que al año que viene repetiremos
viaje a las nieves, aunque me temo que tocará repetir país.
*
vuelo de Kalipo:
Lufhtansa. Varsovia (14.45) – Dusseldorf (16.35) --- Dusseldorf
(17.10) – Madrid (19.45).
Precio billete i/v: 140 €
Agradecimientos
Agradecimientos:
Quiero dedicarle este diario tan casposo a esas personas que hicieron
que este viaje fuera algo especial, diferente y sobretodo divertido.
Empezando por esa gente que nos apadrinó en las diferentes ciudades,
como Vaida, Agnes, Lina, Rüta, Marius, Tachenko, Simona y sus colegas,
en Vilna; Olga, Jenny, Elena, Nana y los gays y las locas, en Minsk; y
Ela y Marta en Varsovia.
Continuando por todas esas madres que
sufren o descansan en nuestra ausencia.
Y terminando por esos seis grandes
sacos que con sus continuas coñas, chascarrillos, discusiones, gafadas y
cutradas (esto lo digo por el jersey de Dyango), hacen que una vez más
todo este circo sea viable. Sin dejarme a ninguno y por orden
alfabético, los personajes a los que me refiero son: Bernon, Capello,
Chema, Chucho, Rá y Sul.
Espero que os guste y disfrutéis de su
lectura.
Con cariño,
Kalipo (Parado, y escritor de guías de
viaje en sus ratos libres)