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* 24 JULIO: Munich (viaje en tren a Luxemburgo)

*   25 JULIO: Luxemburgo - Ámsterdam

 26 JULIO: Ámsterdam – La Haya - Ámsterdam

 27 JULIO: Ámsterdam (viaje en tren a París)

* 28 JULIO: París – Hendaya
* *  29 JULIO: Hendaya – Irún – Vitoria – Madrid (Chamartín)

 

* 24 JULIO: Munich (viaje en tren a Luxemburgo)

Pues eso, ya en Munich, de la estación de tren al Bier-Garten de HB, previo paso por las taquillas de la estación a dejar las mochilas. Menos mal que de camino se ve bastante de Munich, que sino se podría pensar que vamos solo al bebercio… pues sí, íbamos a eso, y qué! Fuimos desde la Karls-Platz, donde se haya la mítica fuente en la que nos dimos un baño en 2001, por las grandes avenidas de la ciudad: la Neuhauser Strasse y la Kaufinger Strasse, que desemboca en la Marienplatz, el autentico orgullo muniqués, junto al Bayern Munich. 

Rápidamente llegamos a nuestro objetivo y nos pedimos unas buenas jarras para cada uno. En uno de los bancos corridos de la sala comenzamos con los cánticos y las risas. Pronto empezó a irse las cosas de las manos. Nuestros vecinos de mesa, cuatro respetables señores bábaros, nos invitaron a unos chupitos, a lo que nosotros respondimos con unas espléndidas jarras de cerveza. Ahí no se quedó la cosa, no. A uno de ellos le encantó la camiseta falsa del Milán que llevaba Capello e insistió en cambiársela. Tras unos momentos de negociación, el hombre accedió a dar su camisa y pagar 20 euros por la elástica del Milán más falsa que se ha visto en la vida. Su señora toda contenta. La señora estaría en su casa, al igual que la de los otros tres, que se estaban dando un homenaje de aúpa. La mañana continuó con varias rondas de invitaciones entre con nuestros nuevos amigos, con batallitas en los baños, con un cumpleaños feliz interpretado por la banda del garito… vamos, que salimos de allí como piojos. Eso sí, antes de irnos, el alemán de las camisas se lo pensó dos veces y trató de recuperar la camisa que le había cambiado a Capello, pero claro le costó algo más de pasta. Cuando llegamos a la calle nos dimos cuenta de que caía el diluvio universal, así que como no había paraguas, nos calamos hasta los huesos. La vuelta la hicimos en varios grupos, no por gusto, sino por las condiciones del personal. Nos fuimos separando y fuimos llegando en tandas a la estación. Allí en la estación comimos a base de pasta junto a las taquillas y con la agradable compañía de un grupo de japos que no hicieron otra cosa que comerse sweeties. Además con gusto. Los japos son agradecidos. Te lo pasas bien con ellos.

Esa misma noche cogimos el tren para ir a Luxemburgo. Se trataba de otro tren de dolor, con varios cambios antes de llegar al menor de los países del Benelux, pero con el daño que traíamos del Bier-Garten, supimos aprovechar los trayectos para “ostiar” el tren, como dirían algunos (dormir a pierna suelta, en castellano).

 

*   25 JULIO: Luxemburgo - Ámsterdam

Cumpliendo 24 años llegué a Luxemburgo una mañana soleada. Un año más por vivir y un nuevo país por sellar. Paramos en la capital y el ritual de siempre. Mochilas a las taquillas y a recorrer la ciudad. Llevábamos varios días sin dormir en cama, pero después de 25 días de viaje, el cuerpo ya estaba hecho al dolor. Durante varias horas estuvimos recorriendo la capital del país, que en general gustó bastante por lo bien puesto que tenía todo. Mucha clase por la zona. Este era el último día cultural antes de llegar a Amsterdam.

Algunos miembros del grupo ya estaban con los nervios propios de una visita a la meca del fumetismo. Otros sin embargo, no tanto. Allí nos encontraríamos con varios integrantes del Local, que estaban de fin de semana. A la tarde, volvimos al medio de transporte favorito del grupo y llegamos a Amsterdam a la caída de la noche.

Nada más llegar buscamos y encontramos habitación en uno de los numerosos hoteles de la calle Damrak, la avenida principal de Ámsterdam, que conecsta la estación de trenes con la Plaza Dam, en este caso nos alojamos en el Hotel Center Amsterdam** (Damrak, 58). Dejamos las mochilas y para abajo, que la gente estaba ansiosa. Hay que nervios… Ya se sabe, visita a unos coffes para pillar algo, que si el grasshoper, que si el bulldog… luego la vuelta de rigor por el barrio rojo y a casa. Pero no a dormir, sino para cambiarnos e ir a tomar algo. Nos juntamos con los del Local y nos fuimos a buscar el garito perfecto. Algunos traían referencias de ciertos lugares y a uno de ellos fuimos. Después de unas copitas, cogimos el camino para casa, como pudimos, claro, y a dormir.

 

 26 JULIO: Ámsterdam – La Haya - Ámsterdam

De nuevo con los nervios, a levantarse pronto para aprovechar el día en Ámsterdam. Íbamos de camino a alquilar las bicis cuando nos encontramos en una plaza con un grupo de ingleses con un balón de fútbol. No hizo falta mucho tiempo para que se montara un amistoso España - Inglaterra. Estuvimos un rato correteando como locos, unos y otros, detrás del balón, para acabar con la foto de rigor y fraternidad con los dos equipos. Estas cosas siempre gustan. Lo que hace un balón y el fútbol, no lo hace nada ni nadie. Ya por fin fuimos a por las bicis al Mac Bike y nos pusimos a dar vueltas por la ciudad viendo los sitios más importantes. Para la mayoría de nosotros era al menos la tercera vez que estábamos en Amsterdam, pero la verdad es que, a parte del tema drogas, la ciudad es impresionante. Así que nunca está de más darse una vueltecita. Después de un paseo por la capital decidimos hacer una excursioncita para ver La Haya.(Den Haag) No es que tenga mucho encanto, pero por no estar tanto tiempo en Ámsterdam…, además alberga la Corte Penal Internacional, más conocido como Tribunal de La Haya.

De vuelta a la ciudad de los canales, decidimos ir a Vondelpark, para administrarnos los tuppers de mexicanas adquiridos por la mañana en el Magic Mushroom, el lugar elegido fue el mismo que en el año 2002, tirados en el césped junto al canal, enfrente del Casino. Todo el ritual y la parafernalia que rodea a estas comidas entre amigos nos llevaron a un viaje transitorio que terminó de hipotecar el día. En general, las críticas de ese viaje fueron excelentes. La gente quedó satisfecha con el servicio prestado. Cabe destacar la aparición de un nuevo personaje de la vida pública amsterdaniana. El Valenciano (el busto que hay en frente del Casino de Amsterdam). Ese personaje que se fue de Valencia tras un lío de faldas de flipar y que dijo, bah! Pues me voy para Ámsterdam, que la gente mola. Ese es valenciano por mis huevos! Repetía el bueno de Ra tras observarlo con detenimiento. Después de unas horas y más suaves que la moqueta de la Preisler, nos fuimos a cenar algo al burger. Después, un besito y a dormir, mi cielo.

  

 

 27 JULIO: Ámsterdam (viaje en tren a París)

Desayuno en el Baba para empezar con fuerza, para empezar a dar vueltas con las bicis por la ciudad, fuimos al Mercado de las Pulgas (Waterlooplein), donde se invirtió en la mítica chaqueta de pana, y continuamos con el fumetismo. Como era el último día, algunos hicieron un sprint y vaya que si lo pagaron. En los muelles próximos a la estación de tren ahogamos nuestras últimas horas en la ciudad holandesa con una fumada de escándalo. Por la tarde-noche, cogimos un tren dirección Paris Nord, que nos dejo en la capital francesa a primera hora de la mañana del día siguiente.

 

* 28 JULIO: París – Hendaya

Ya el lunes 28 de Julio cogimos el metro parisino junto con el resto de la población que se dirigía a trabajar para cambiar de estación (París Montparnasse) y tomar el tren camino de Hendaya, desde donde pasaríamos posteriormente a Irún.

 

* *  29 JULIO: Hendaya – Irún – Vitoria – Madrid (Chamartín)

A primera hora de la tarde ya estábamos en la frontera y nos embarcamos en el último tren que nos dejaría en la capital al filo de la media noche. Estas últimas horas pasaron entre recuerdos de un gran viaje, una gran experiencia vivida, revisión de cuentas, balance de deudas y partidas de mus y pocha.

A la llegada a Madrid nos estaban esperando algunos amigos como es debido. En la empollona. En Aluche, desde donde comenzó todo.

 

 Escrito por Bernardo Ballesteros Cabañas. (Bernon)

 

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